Sydney Pollack (1934-2008)


Ganó el Oscar como Mejor Director por una cinta olvidable, Africa Mía (1985), pero hizo mucho mejor cine que con el que se llevó la estatuilla, en especial desde fines de los 60 hasta inicios de los 80: Maratón de Baile (1969), Jeremiah Johnson (1972), Los 3 Días del Cóndor (1975), Ausencia de Malicia (1981)...

Sin embargo, algo de su mejor trabajo lo hizo como productor y, cómo olvidarlo, como espléndido actor de caracter en no pocas cintas valiosas, desde El Ejecutivo (Altman, 1992) hasta la reciente Michael Clayton (Gilroy, 2007) -que también produjo, por cierto- hasta sus memorables apariciones en Maridos y Esposas (Allen, 1992) -mi actuación favorita-, Ojos Bien Cerrados (Kubrick, 1999) o en la última temporada de Los Sopranos, como un enfermero muy peculiar que atiende a un gangster que muere de cáncer... como él, de hecho, que acaba de morir de eso precisamente.

Comentarios

Joel Meza dijo…
Chin, quién sabe qué película habrá estado viendo el Sandoval...
Descanse en paz. A aventarme una de la lista esta semana.
Carl Zand dijo…
Sydney Pollack. Sin palabras. Un gran artesano quien siempre soñó con filmar pels de bajo presupuesto y acabó dándonos grandes actuaciones bajo el ala de un par de grandes maestros . A la órden They shoot horses... y algunas otras de él. Un excelente actor, sí, tienes razón. Salud por Pollack.
Joel: Pues yo sé que ha estado viendo algunas con Paul Newman. Y es en serio... Chale. Y a propósito:

Zand: ¿Por qué no ves el Chavo del Ocho?
Una lástima.... ¿Y ahora qué será de la productora que, junto al también recientemente fallecido Minguella, venían presentando esas películas que, pienso, nadie querría levantar? Maldición, se están acabando los buenos y nos estamos quedando con Tarantino y Roth. Chale.
Christian dijo…
Descanse en paz.

Si Duende, se nos estan yendo los buenos.
Alex dijo…
Uno de sus últimos grandes trabajos fue el magnífico documental, Sketches of Frank Ghery, sobre la vida y obra de este arquitecto estadounidense, y buen amigo de él precisamente. Son memorables las imágenes de Pollack cargando su pequeña cámara de vídeo digital, mientras Ghery revisa sus dibujos, habla sobre su niñez, su proceso creativo etc. La fotografía es estupenda y la aparición del director Julian Schnabel son de lo mejor, cuando éste habla sobre el Museo Guggenheim de Bilbao.

Claro, nunca se estrenó en salas mexicanas, únicamente se ha podido ver en el FICCO.
Anónimo dijo…
Pues qué pena, una sensible pérdida...

Me hubiera gustado preguntarle sobre su experiencia de haber trabajado con Stanley Kubrick, y más que desde el punto de vista del actor, desde su particular condición de cineasta reconocido/consagrado...

Saludos
FABIO
Daesu dijo…
No se si en buena medida se le deba a Pollack, aparte de sus meritos incuestionables como director, el hecho de haberle dado un segundo aire a la carrera de Redford. Sus méritos como actor tiene que ver, creo, con la gran selección de sus papeles (muchos de ellos escritos para él): casi siempre la hacía de ejecutivo, director de alguna empresa o cabeza de alguna firma. Tenía una naturalidad impresionante. (Nunca lo recuerdo de macuarro). Un saludo.
Si, poeta, creo que sus personajes eran como extensión de lo que conocía o sabía hacer: ejecutivo, productor, intelectual, hombre poderoso, carismático, que siempre sabe el terreno que pisa... Era increiblemente natural en este tipo de papeles. En Los Sopranos aparece como enfermero, pero no es exactamente un macuarro: es un médico que se escabechó a varios y que por lo mismo cumple su condena en una prisión-hospital y que por eso está asignado a ser chalán de los doctores. Pero incluso en ese papel, como simple enfermero, queda claro que Pollack sabe más que los otros médicos.

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