Guadalajara 2009/Día tres


En el prólogo del cortometraje de 20 minutos de Sombras del Cielo (México, 2008), de Victor Velázquez, vemos el sueño dorado de algunos: Don Jorge Ayala Blanco saca de un buró un arma cubierta de púas y se apunta hacia su sien. El arma no tiene balas, así que la fantasía de los detractores de JAB se va al caño: tenemos Ayala Blanco para rato. Antes del numerito del arma, Don Jorge había disparado a un enorme ave negra que, al caer, se transforma en mujer. La mujer/cuervo, completamente desnuda es "adoptada" por un tipo solitario y luego por una prostituta, que la ve como la hija (¿o como la amante?) que nunca tuvo. El corto fantástico está correctamente realizado y la puesta en imágenes es muy cuidadosa. Nada más.

No hay tanto cuidado en Amor en Fin (México, 2008), disparejísimo segundo largometraje de Salvador Aguirre (De Ida y Vuelta/2000). Estamos ante tres historias de amor el fin de semana antes de las traumáticas elecciones presidenciales del 2006. Por lo mismo, a lo largo de la cinta, Aguirre nos agobia con los spots del Presidente del Empleo, con la campaña del miedo del Consejo Coordinador Empresarial, con los afiches de Andrés Manuel por todas partes y su voz inundando la pantalla, con las banderas del PAN que son cargadas por algunos de los personajes y hasta con la meliflua voz corleonesca de Roberto Madrazo... Digamos que todo lo anterior tiene sentido: se trata, se supone, de una elección crucial en la historia del país, pero los mexicanos de esta película están interesados en cualquier cosa menos en la política y sus candidatos. Eso sí: también es el fin de semana de la derrota mexicana ante Argentina en el Mundial del 2006 y el sentimiento de fracaso lo comparten, por igual, pobres y ricos.

La cinta, decía, tiene en su centro tres historias de amor: la de una frustrada ama de casa (reaparecida Amalia de Barraza) con su vecino músico y alcohólico (Juan Carlos Barreto); la de una jovencita (Lilia Mendoza) que vende jugos a la salida del metro con un muchachito que pertenece a un grupo de vendedores ambulantes contrarios a los de la familia de ella; y un polígono sexual en el que participan un ñaca-ñaquesco publicista panista (Daniel Giménez Cacho, impecable como de costumbre), su mujer española (Sophie Gómez), un arribista empleado (Luis Ernesto Franco) y la novia de este último (Paola Núñez, sobreactuando su papel de femme-fatale). En ese fin de semana hay, pues, de todo: guerras entre vendedores ambulantes priístas y perredistas (¿o eran perredistas y perredistas?) por las calles de la ciudad de México, el descubrimiento de un embarazo y un previsible aborto, el cierre de campaña del PAN, el amarre de la elección del 2 de julio (Giménez Cacho le confía a todos que ya está decidida la Presidencia, porque este país "nunca cambia") y, en medio de todo ello, una historia de amor al estilo Romeo y Julieta, otra historia de amor al estilo Un Día Muy Especial (Scola, 1977) y un perversote ménage-à-quatre que terminará en distintas formas de humillación para las dos parejas. Una cinta esquemática y obvia, sin duda alguna, pero realizada con cierto oficio que se agradece.

En cuanto al corto de 13 minutos Se Jodió la Navidad (México, 2009), de Carlos Lian, un boxeador (Jorge "el Travieso" Arce, nada menos) que acaba de ganar el campeonato mundial, llega a su casa en pleno 24 de diciembre para celebrar su triunfo... ¿o no? El ejercicio es simpático y párele de contar.

En contraste, en El Último Golpe (México, 2008), cortometraje de 12 minutos de Leopoldo Aguilar Guerrero, la ejecución técnica de la trama es notable. En un solo plano de secuencia, dos sicarios -uno de origen cubano, otro sinaloense- platican enmedio de la nada mientra uno se fuma un cigarrillo y otro se toma una cerveza. La trama es previsible y está telegrafiada desde el inicio, pero el plano secuencia está realizado a la perfección y los dos actores (Guillermo Esquivias y Daniel González) interpretan con justicia sus personajes respectivos.

Los actores son el problema menor de Otro Tipo de Música (México, 2008), opera prima del tapatío José Gutiérrez Razura. El asunto es que la historia que cuenta no es particularmente interesante: el destino de dos parejas, una joven, una madura, se entrecruzan en el Guadalajara contemporáneo. Un exrestaurantero metido a escritor trata de encontrar a una cantante olvidada mientras la mujer con la que vive -él, no la cantante, but of course- quiere comprar una casa, establecerse, casarse... Un vecino de esta mujer, un joven universitario a punto de egresar, se encuentra con una jovencita espontánea y mitómana que desea irse a Canadá. El muchacho parece interesado tanto en la muchacha como en la mujer, mientras el otro tipo busca a la susodicha cantante, que resultará una doña briaga de pésimos modales. Si el filme tiene una virtud es su modestia, su medianía... Y ni siquiera en esto funciona por completo.

El protagonista del documental El Informe Toledo (México, 2008), de Albino Álvarez G, es, a su modo, también bastante modesto. Aunque a veces también es contradictorio. E inarticulado. Pero muy sincero. Y ferozmente autocrítico. Se trata, por supuesto, del gran artista plástico juchiteco Francisco Toledo. En 85 minutos, Álvarez nos entrega un fascinante retrato del pintor, grabador, artesano, escultor, pero también de la figura pública: el militante, el organizador, el político, el declarante... El pretexto es la serie de grabados de monos que Toledo realizó basándose en el cuento de Franz Kafka Un Informe para una Academia, en la que un mono que aprendió a convivir, hablar e interactuar con humanos, se presenta frente a una Academia para explicar su vida. El filme incluye varias entrevistas con críticos, historiadores, amigos, colegas e intelectuales -para variar, no falta Monsiváis: ¿qué sería del documental mexicano sin Monsi?- y, por supuesto, una serie de confesiones/reflexiones de Toledo sobre sí mismo, su obra, su encuentro con Tamayo, sus posiciones políticas y hasta su (dizque) holgazanería. La cinta incluye espléndidas animaciones basadas en la obra de Toledo, realizadas por Álvaro Verduzco y Raúl Luna.

Al final del día llegó el primer gran largometraje mexicano de Guadalajara 2009. Y, para variar, se trata de otro documental: Los que se Quedan (México, 2008), tercer largo del infalible Juan Carlos Rulfo (Del Olvido al No Me Acuerdo/1999, En el Hoyo/2006), esta vez codirigiendo con Carlos Hagerman. Estamos ante un conmovedor pero nunca chantajista retrato de las huellas emocionales de la migración hacia los Estados Unidos. Los dos Carlos recorren parte de México, de Puebla a Yucatán, de Zacatecas a Chiapas, de Michoacán a Jalisco, y, gracias a ellos, conocemos cómo viven, cómo ríen, cómo sufren, cómo sueñan, cómo lloran, un puñado de mexicanos que tiene gente -hermanos, maridos, hijos, padres- en el otro lado. Rulfo y Hagerman recogen los testimonios de los que se quedaron aquí, de los que estuvieron allá pero se regresaron, de los que nunca se han ido, de los que van para allá a encontarse con su ser querido. Como de costumbre en Rulfo, el virtuosismo formal de la puesta en imágenes y su imaginativo montaje (¡esa secuencia con la música de la danza de los viejitos!) no se pelean con esa visión profundamente humana que tiene el cineasta de las personas que entrevista. No tengo la menor idea de que cómo sea Rulfo en su vida personal, pero en su cine se muestra como el más generoso de los cineastas mexicanos contemporáneos. Una obra mayor que, hasta donde he visto, no tiene mayor competencia en la sección competitiva documental. He aquí a la probable ganadora.

Comentarios

Joel Meza dijo…
¿Jorge Ayala Blanco es actor regularmente? El año pasado lo ví en Párpados Azules...
(Hace un par de décadas, por cierto, escribí un cuento cortito en donde el protagonista, de haberlo hecho alguna vez en cine, debía ser actuado por tí, Ernesto.)
Últimamente ha aparecido en cortos y largos de ex-alumnos... ¿El Fierro 2?
Joel Meza dijo…
(Y ya que andas despierto a esta hora, a'i te'chas un tequilita por mí.)
Hammurabi dijo…
¿Ya viste Los Herederos? Probablemente sea una fuerte competencia para Los que se quedan, aunque tengo la sospecha que ganará el segundo.
Joel Meza dijo…
¿No hubo suplemento especial del mural para el festival, como el año pasado? No lo encontré en línea, al menos.
Hammurabi: Espero verla ahora.

Joel: Ni idea. Creo que no.
Joel Meza dijo…
Chistoso que cuando pienso en Guadalajara lo que se me viene a la memoria es Plaza del Sol: la Pizza Hut, donde comí pizza por primera vez; el lugar de juegos Baby Kart y la tienda departamental MAXI, donde una vez mi mamá me compró huevo con salchicha para desayunar y estando ahí me brotó la rubeola; Casa Wagner, donde mi papá pedía demostración de órganos cada vez que entrábamos y decía que nos iba a comprar uno -no ocurrió-; y una juguetería muy bien surtida donde me compraron un cubo de Rubik cuando recién salieron...
Pero sobre todo, que la única vez que he ido al cine en Guadalajara me llevaron a ver, en matiné y comiendo un chocolate Presidente, Godzilla Vs. MecaKong (o Godzilla Vs. MecaGodzilla, o algo así).
¿Todavía existe Plaza del Sol?
Dice mi esposa que chance y el año que viene me aviente unos días del festival. Hago changuitos.
Anónimo dijo…
ayer vi el general y aunque no me gusto si creo que le pueda ganar a los herederos y los que se quedan (ya vi las 2), les apuesto a que gana
Joel: Claro que existe todavía Plaza del Sol, la diferencia es que ahora en lugar de que existan locales con maquinitas para entretenimiento de la chiquillada, hay travestis aventurados en las emociones fuertes para los adultos que se atrevan a cruzar la Avenida López Mateos.

Ernesto: no me ha tocado saludarte, ¿se repetirá la borrachera monumental del año pasado?
Saul: Ahora veo Los Herederos. En cuanto a El General, creo que es muy inferior a la cinta de Rulfo. Ah, y no apuesto. Detesto perder.

José Alonso: Estoy enclaustrado en Centro Magno. Ahí estoy prácticamente todo el día, con las escapadas a comer y a revisar los correos y este changarro... En cuanto a lo otro... ¿de qué me hablas?
Mmmm, pasaste del olvido al ya no me acuerdo. Me refiero a sabrosa francachela el año pasado en la Coliseo, donde por cierto nos presentó Dinora y Magallanes.

(a menos claro que la fiesta haya sido en otro año, otra muestra u otra dimensión).
Jajajaja, te estoy cabuleando, José Antonio. Claro que me acuerdo... Lo que quiere decir que no estuvo tan radical esa fiesta después de todo.
Pues por los residuos memoriosos anticipo que no estuvo tan leve. ¡ya hasta el nombre me cambiaste, jejeje! ¿No fuiste a la fiesta de inauguración?

Espero saludarte y no te enclaustres, no es pa tanto (estaremos lejos de Plaza del Sol)
Joel Meza dijo…
A todo dar: hagan la borrachera monumental y manden por los pistos a Saúl, con su identificación de McLovin seguro que los consigue.
José Alonso: Sorry: José Alonso. No, no fui a la fiesta ni a la función de inauguración. Hace años que no voy.

Joel: jajajajajaja
Alex dijo…
Alguna vez tuve la fortuna de compartir cabina de radio con Jorge Ayala Blanco (no creo que se acuerde), y salas de cine en pases de prensa. Notable crítico e investigador de cine, que me gustaría ver algún día actuando como en este caso.

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