35 Tragos de Ron




Cuando hemos llegado a los primeros 30 minutos de 35 Tragos de Ron (35 rhums, Francia-Alemania, 2008), el más reciente largometraje de Claire Denis (No Tengo Sueño/1994/, Buen Trabajo/1999), ya no puede caber una sola duda: un lacónico padre viudo, una amorosa hija veinteañera, la cercanía del retiro laboral por parte del hombre, la posibilidad del amor por parte de la muchacha…
            Todo esto ya lo hemos visto antes, en otro contexto, en otro país, en otro idioma: me refiero a la obra mayor de Yasujiro Ozu El Fin de la Primavera (1949). Las similitudes dramáticas están ahí: son historias idénticas. No es casualidad.
            Sin embargo, este conmovedor filme de Denis, sin duda el más accesible que ha dirigido en toda su carrera, es mucho más que un mero remake del clásico de Ozu. La cineasta, en colaboración con su guionista de cabecera Jean-Pol Fargeau, se ha apropiado genuinamente de la trama de Ozu, acaso porque es una historia universal, repetida y conocida en todos lados, en todas partes.
            Lo que les sucede al cincuentón conductor del metro Lionel (Alex Descas) y a su despierta hija Josephine (Mati Diop) no es nada extraordinario. La vida va a cambiar para los dos y no hay tragedia alguna en ello. No hay por qué llorar: mejor hay que tomarse 35 tragos para celebrar el inicio de esto, el fin de aquello.
            Lo notable en el filme de Denis radica en la forma: la sensual cámara en manos de la sempiterna colaboradora de Denis, Agnès Godard; el terso y fluido montaje de Guy Lecorne; el perfecto casting del veterano Descas y la debutante Diop, quienes logran transmitir una auténtica química paterno-filial. La maestría de Denis y su equipo queda demostrada en la maravillosa escena del bar cuando, a ritmo de “Siboney” cantado por Harry Belafonte, somos testigos de los cambios que están viviendo los personajes. Una mirada, un beso, un baile y no hay necesidad de agregar nada más: la vida encuentra su propia ruta.
            Otro elemento a notar: la trama de 35 Tragos de Ron está ambientada entre la comunidad afro-franco-caribeña de París: otro rostro del hexágono francés que no conocíamos y que nos es mostrado por Denis con una sencillez abrumadora. La sencillez de la que sólo son capaces los grandes maestros


35 Tragos de Ron se exhibe hoy en la Cineteca Nacional a las 18:30 horas. 

Comentarios

J Luis Rivera dijo…
En un comentario pointles... cuando leí el título del post creí que era tu Ron Howardómetro.

Saludos!
Darkcritic dijo…
Ya llevo un buen rato queriendo estrenarme en el cine de Denis. Es hora que no he visto una sola de sus cintas y “35 Tragos de Ron” parece ser la indicada. Es interesante ver como un solo país puede tener tantas caras e historias distintas que contar. La representación de esta rama social es quizás lo que más me llama la atención del filme. Y ya que hablamos de cineastas femeninas, ayer compre y vi por primera vez “Salaam Bombay!” de Mira Nair. Personalmente la pondría como uno de los mejores filmes que he visto en lo que va del año. Su cruda autenticidad realmente hace que no puedas dejar de prestar atención. Rompe el corazón ver cómo tanto niño se las puede ver tan duras. Excelentemente actuada, dirigida y filmada. En cierta forma, me recordó mucho a la obra de Buñuel “Los Olvidados”. No por tener la misma historia, sino por como ambas comparten tantos elementos. Nair, al igual que Buñuel, parecen explorar el verdadero corazón de la sociedad que tan solemnemente retratan. Hasta podría llegar a decir que considero la obra de Nair el equivalente hindú de “Los Olvidados”. Semejante joya oculta la que me fui encontrar ayer.

En una nota aparte, ¿que no era “White Material” el más reciente trabajo de Denis? Véase que solo lo digo como dato y no queja. Me gustó mucho que la entrada estuviera relacionada con el trabajo que más me interesa ver de su filmografía.
Joel Meza dijo…
Ni tan sin sentido, J Luis: yo pensé que era la confesión de lo que Ernesto había preferido hacer ante la lamentable cartelera comercial.
Darkcritic: Una disculpa. Fue la crítica que se publicó en Reforma cuando se exhibió en la Cineteca. En efecto, luego viene Material Blanco. Debí haber anotado esa aclaración.

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