Cuéntamela otra vez/XX



 "A ver, ¿va a tener la nueva Spiderman tan buenas razones como las mías?"



El viernes llega el El Sorprendente Hombre Araña (Webb, 2012) y, al momento de estar escribiendo estas líneas, no he visto la película que algunos colegas ya han llamado "obra maestra". Como preparación a ver el reboot de Spidey, he aquí lo que escribí de cada una de las tres cintas dirigidas por Raimi en el momento del estreno. Desde entonces, no he vuelto a ver completa ninguna de las tres películas -aunque la primera sí la vi un par de veces en su momento-, pero sigo conservando un buen recuerdo de El Hombre Araña, que se coló, incluso, en mi lista de lo mejor del 2002. Va, pues, mi rescate de lo que escribí hace una década, hace 8 y 5 años. 

*****



Antes que nada, debo confesar que nunca he sido fanático de los cómics y que, aunque una de mis caricaturas favoritas era El Hombre Araña (67-70), para mí no representa ningún tipo de trauma atestiguar que el hombre arácnido encarnado por Tobey Maguire tiene un traje diferente al original o que se ha cambiado el (dizque) tono sarcástico de la revista por la historia de crecimiento de un adolescente cualquiera. Dicho de otra manera: he juzgado a El Hombre Araña (Spider-Man, EU, 2002) por su calidad intrínseca, no por la fidelidad al cómic creado por Stan Lee y Steve Ditko para la Marvel en 1962. Y voy a decirlo de una buena vez: El Hombre Araña es el mejor filme realizado sobre un super-héroe desde el díptico de Batman (Burton, 1989 y 1992) y, acaso, será la más divertida de las cintas veraniegas de esta temporada.
Primero, lo obvio: El Hombre Araña costó 140 millones de dólares y eso se nota. Por supuesto, la producción es impecable y los efectos especiales son de primera, pero lo notable de la película dirigida por el muy confiable Sam Raimi es que toda la parafernalia de la típica superproducción hollywoodense (explosiones por aquí y por allá, destrucción de media ciudad, efectos digitales a discreción) no logra borrar el buen humor del filme, su inatacable centro moral (que será pueril, si usted quiere, pero por lo menos tiene uno), su complejo discurso paralelo sobre la familia y, last but not least, el innegable talento de los jóvenes Maguire y Dunst.
El guión escrito por David Koepp es el mejor de su carrera en muchos años. No traiciona los orígenes de “Spidey”, no le teme a la cursilería más vil (el impoluto amor platónico de Peter Parker por Mary Jane) y logra darle cierto peso dramático a las frases más “trascendentes” (“todo gran poder conlleva una gran responsabilidad”). Sin embargo, lo más interesante de la historia escrita por Koepp es que logra trazar una complejísima red de relaciones enfermizas entre todos los personajes principales. Si uno lo piensa, las broncas existenciales de cada uno de ellos daría para una tesis doctoral de sicología freudiana fundida con cultura popular.
He aquí al eternamente tímido e inseguro jovencito Peter Parker (Maguire) que, huérfano de padre y madre, ha sido criado por dos amables tíos ancianos (Cliff Robertson y Rosemary Harris). En plena adolescencia, cuando el cuerpo y la psique humanas cambian más, Parker es mordido por una araña genéticamente “mejorada” que lo convertirá en un ser humano con poderes especiales. Parker no entiende muy bien qué hacer con su nueva condición, y su pasividad (dejar ir a cierto ladrón) resultará ser trágica. Así, sin padre biológico y con un padre adoptivo asesinado por su inactividad, Peter ve como un acaudalado científico militar, el Dr. Norman Osborn (Willem Dafoe), parece elegirlo a él como hijo postizo incluso por encima del auténtico vástago indolente, el atormentado Harry Osborn (James Franco). Osborn padre realiza un experimento sobre su persona, dando como resultado su conversión en el sádico Gnomo Verde, que utilizará todo su poder maléfico para destruir lo que dejó en pie Osama bin Laden. Para mejorar el cóctel, Harry y Peter están enamorados de la misma muchacha, Mary Jane Watson (Kirsten Dunst), y el propio Norman Osborn no es ajeno al deseo por la suculenta pelirroja, como lo deja claro la mirada lasciva con la que la desnuda en cierta cena del Día de Acción de Gracias.
Rivalidad filial apenas disimulada, padre que desprecia a su verdadero hijo, un joven que carga el peso de la muerte del único padre que tuvo, padre perverso que ve a su hijo postizo como el único que podrá detenerlo, rencores que se heredarán de padre a hijo con el fin de sostener la continuación planeada para el 2004, muchacho que carga con la neurosis de ser el responsable del mundo que le rodea y que, por lo mismo, se negará la posibilidad del amor en un desenlace que parece sacado de un filme romántico clásico... Los temas que trata El Hombre Araña en medio de efectos especiales, maravillas digitales y algunos momentos de humor autoparódico (¡esa secuencia de lucha libre!) son mucho más serios de lo que uno podría esperar y, aunque parezca mentira, uno termina preocupado por todos los personajes, incluyendo el futuro villano Harry Osborne.
El arma secreta de El Hombre Araña son sus jóvenes protagonistas. Maguire está perfecto como el muchacho común y corriente que un buen día se despierta con la habilidad de trepar por las paredes y echar telarañas por sus muñecas. Su mirada no pierde nunca el asombro que vive por ser Spiderman y, al final, cuando tiene que aceptar que su responsabilidad es tanta que no puede permitirse la debilidad del amor (dicho, de otra manera, cuando ha perdido ya toda su inocencia), el rostro de Maguire transmite un auténtico pathos que llega a ser conmovedor. En cuanto a Dunst, no puedo ni siquiera pensar en la objetividad: puede llegar a ser tan buena actriz como Julia Stiles pero es el triple de sexy. Es cierto que su Mary Jane no tiene gran cosa qué hacer más que ser capturada por el villano (ninguna enamorada de superhéroe hace mucho, a decir verdad), pero su carisma y su coquetería te ganan (o por lo menos me ganaron) de inmediato.
Mi admiración por Maguire, Dunst, Dafoe y el director Sam Raimi ya eran grandes antes de esta cinta. No creí que fuera a crecer aún más con una película sobre un tipo que trae siempre --¡yiakk!—las manos pegajosas.





En cuanto a la secuela, El Hombre Araña 2 (Spider-Man 2, EU, 2004), también dirigida por Sam Raimi. ¿Es mejor esta cinta que la primera parte? Algunos dicen que sí. Después de todo, Raimi tiene la ventaja de que ya no tiene que presentar a sus personajes y, por lo tanto, cuenta con más tiempo para profundizar en ellos, explorarlos, hacerlos suyos. 
En esta continuación, Peter Parker ya está cansado de fungir como superhéroe, pero la aparición de un nuevo villano, el Dr. Ock (Alfred Molina, muy en su papel) lo obliga a volver por sus fueros. Muy probablemente esta sea la película de superhéroes con más monólogos en la historia del cine: Spidey, el Dr. Ock, Mary Jane (Kirsten Dunst) y hasta la tía May (Rosemary Harris) se avientan sus buenos rollos otorgándole una extraña cualidad reflexiva a este veraniego filme de acción. 



 
Y llegarmos a la tercera parte: una apuesta casi imposible de ganar, pero que la hicieron de todas formas. Y, por desgracia, la perdieron. Como el Peter Parker de El Hombre Araña 3 (Spider Man 3, EU, 2007) –enceguecido por el éxito, ahogado en su propio ego-, el director Sam Raimi, y la casa productora Columbia Pictures no podían dejar de caer en la tentación de hacer una secuela más del “amistoso hombre araña” por más que el memorable desenlace romántico/griffithiano de la segunda parte haya rozado la perfección. No: tenían que echarlo a perder todo. O casi.
Aclaro: la nueva aventura de Spidey es genuinamente emocionante las más de las veces, los efectos especiales digitalizados –sobre todo la secuencia en la que el villano Sandman se forma- son mejores que los de los filmes anteriores y, para acabar pronto, me aburrí 300 veces menos que viendo el belicoso churro homónimo de Zack Snyder pero, si exceptuamos su blandísimo filme beisbolero Por Amor (1999), El Hombre Araña 3 es, por lo menos para mí, la película más inconsecuente de Sam Raimi.
Villanos que se convierten en buenos y luego en villanos y luego en buenos (El Duende Verde), malosos que no quieren serlo pero que destruyen media ciudad y piden comprensión por ello (Sandman), compañeros de trabajo que se transforman en malvados porque se quedan sin empleo (Venom), y hasta una pegajosa sustancia extraterrestre –que llegó del mismo planeta del meteorito de Macabras Historias de Horror (Romero, 1982)- que convierte al buenazo de Peter Parker en un agresivo macho-alfa y al limpio Hombre Araña en un malhumorado vengador nocturno… ¡Uf!: pido esquina. 
Súmele a todo esto la inútil aparición de Bryce Dallas Howard como una despampanante rubia que distrae a Parker de su amor (y el nuestro) por Mary Jane (Kirsten Dunst, criminalmente delgada) o el desperdiciado cameo de James Cromwell, y tendrá una incoherente película en la mejor/peor tradición del cine veraniego hollywoodense. Una cinta así la podríamos haber esperado de cualquier “yes-sir-man”, pero no de alguien como Raimi que ha demostrado un talento e inventiva para el cine de género sólo comparables a la de su compañero de generación Tim Burton. Pero aquí, como Spidey, Raimi se pasó al lado oscuro de la fuerza… del dinero.

Comentarios

Christian dijo…
no bueno

Este año debemos considerarnos afortunados entonces, pura Obra Maestra ultimamente...

(estoy siendo sarcástico evidentemente)
Anónimo dijo…
Conste que yo ya la vi y no dije que fuera obra maestra.
zombidromo dijo…
pues ha tenido buenas criticas pero yo no se para que voy a ver al hombre araña de nuevo? ah si por la lagartija y por Emma stone
Ay, otro hombre araña. Ay, otra película en la que todos los personajes viven en la misma cuadra, no en NYC. Ay ¿Pero qué necesidad?

Siempre me preguntaré la razón por la que Parker, en lugar de hacerse millonario vendiendo la fórmula para el resistente chunche ese que usa como telaraña, prefiere vestirse de payaso y dejar que lo golpeen. Chance y se hace un Tony Stark en ciernes y puede "vencer más enemigos". Digo, ahora que "son más fieles al cómic" (aunque en el cómic había sentido del humor y Parker no andaba de emo todo el rato).
Joel Meza dijo…
Oh, cómo se agüitan. Mientras tengamos a un mono balanceándose entre los rascacielos de NY, diciendo mamucadas debajo de la máscara, convencido de que sólo él puede salvar a la ciudad de cuanto fenómeno de circo se le ocurre robarse o destruir algo, yo le entro.

Pero si el mono se ve peor que en las caricaturas sesenteras que también fueron mis favoritas, si no suelta las mamucadas que soltaba el de esas caricaturas (esperen, eso pasó en la primera de Raimi) y la monita más deseable no es la secre de J.J. Jameson y Mary Jane de verla inspira a patrocinar a un chamaco desnutrido del tercer mundo (esperen, eso pasó en la tercera de Raimi), mejor vuelvo a ver El Hombre-Araña 2. Esa la he visto completa unas cinco veces, además de innumerables más en pedazos. Peter es divertido cuando debe serlo ("... el traje da comezón y se me mete en la entrepierna..."). Cuando se pone la máscara el mono dibujado y animado se ve y se mueve de una forma muy realista. El villano está muy cotorro y da miedo a ratos. Mary Jane se ve re buena. Me parece la mejor película de superhéroes basada en algún comic desde Superman del '78. Y si me esperan al voto por voto, chance y me parezca la mejor. Punto.
Joel Meza dijo…
Y la verdad, leyendo tu rese#a de la primera, Ernesto, ya me dieron ganas de verla otra vez. Pero luego me acuero de todo lo que tiene malo y me detengo.
Carlzand dijo…
Joel, entonces ve la de Donner del 78. Salud. Esa sí que es la mejor para mí.
Carlzand dijo…
Ah, sí, también el Batman de Burton, aunque suene a anatema para todos, me gusta más que las de Nolan. Claro, sin tener nada en contra del sr. Nolan.
Christian: Y falta ¡Batman!

Alemán: No, pero dijiste de Prometeus. ¡Quiobo!

Zombidromo: Ya leí que Emma Stone es lo mejor.

Agustín: ¿Por qué? Por el cochino dinero...

Joel: Eso dicen muchos. Yo tendría que ver varias de nuevo y no se me antoja. Pero diría, sin orden alguno, que las mejores son el Superman de Donner, los dos primeros Batman de Burton, el primer Hombre Araña y la segunda Batman de Nolan.
Christian dijo…
Ernesto:

¡anatema! ¿como no incluiste en tu lista de las mejores cintas de super héroes a los Avengers?

Te van a volver a trollear, que no ves que es una Obra Maestra que incluye acción, drama, screwball-comedy, horror, film-noir, spaguetti western, suspenso Hitchcockiano, amor, pasión, ternura, romance y biopic, todo en una misma película??

ash...

jajajajaja
Christian dijo…
sicierto! falta Batman

esa si va ser la película que va revolucionar el cine tal como lo conocemos, van a ver, se los aseguro!

ustedes confien...

:P
Joel Meza dijo…
Villanos que se convierten en buenos y luego en villanos y luego en buenos, malosos que no quieren serlo pero que destruyen media ciudad y piden comprensión por ello...

No recuerdo a AMLO en la tercera...
G@briel_Ayala dijo…
Tenía la esperanza de que Spider-Man volviera más maduro y menos mandilón llorón, sin embargo me he llevado una gran decepción. THE AMAZING SPIDER-MAN es entretenida a secas.Honestamente parece película dirigida a los fans de la saga TWILIGHT (demasiado melosa para mi gusto). Salí del cine con ganas de pedir que me regresaran los 30 pesos que pagué por el boleto de entrada e ir a Blockbuster a rentar THE DARK KNIGHT. Lo más rescatable es la participación de Martin Sheen (quien me recordó a mi padre), y obvio, la actuación y presencia de Emma Stone (Que alguien me diga dónde fabrican a estas niñas que yo quiero una novia así!!)
Christian dijo…
Con una fregada ya todo mundo vio a la araña humana y yo no!
Faltó decir, en las cosas malas de esta nueva, que no hay J.J. Jameson. Y si hay en la segunda, seguro no será J.K. Simmons (que hasta influenció a los realizadores del cómics, dibujándolo como él hace unos años).
zombidromo dijo…
no me interesan mucho los reboots o como les llamen (mas sacadera de dinero para mi) pero si me gustan las aventuras de spidey, ademas quiero ver a Emma, asi que le dare chance...
Joel: Sí, si sale, como El Hombre de Arena... Bueno, ni tan de arena. Ya ves que por ahí anda.

Gabriel: Ah, Emma Stone. Me sigo quedando más con Kirsten Dunst. Cuestión de edad, supongo.

Agustín: Bueno, lo que pasa es que aquí Peter Parker es como ni-ni. Todavía no trabaja de fotógrafo y, además, no se ve que estudie mucho.

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