Sé lo que viste el fin de semana pasado/CCXXI



Nuestra Pequeña Hermana (Umimachi Diary, Japón, 2015), de Hirokazu Koreeda. El más reciente largometraje del maestro Koreeda es un delicado melodrama familiar y femenino que nos remite, por supuesto, a Ozu y, también, al clásico más reciente Las Hermanas Makioka (Ichikawa, 1983). Mi crítica en el Primera Fila de Reforma del viernes pasado.

La Tierra y la Sombra (Colombia-Francia-Holanda-Chile-Brasil, 2015), de César Augusto Acevedo. La opera prima de Acevedo está ubicada en el interior profundo colombiano, en algún valle azucarero al que llega, después de 17 años de ausencia, el viejo Alfonso (Haimer Leal). El hombre, silencioso, cansado, llega a visitar a su hijo Gerardo (Edison Raigosa) -postrado en la cama, enfermo de tanto respirar polvo y cenizas- y a conocer a su nieto Manuel (José Felipe Cárdenas) y a su nuera Esperanza (Marleyda Soto). Alicia (Hilda Ruiz), su mujer, no quiere saber nada de él: ¿en dónde estuvo cuando más lo necesitaba?
Exquisitamente fotografiada por el también debutante Mateo Guzmán, La Tierra y la Sombra nos presenta una zona rural colombiana destruida por el paso del capitalismo más rapaz. No hay esperanza alguna y todo es fatalidad: de ese infierno en el que viven y mueren lo personajes, rodeados del polvo y las cenizas de la caña quemada, no se puede escapar. Se podrán ir físicamente, es cierto, pero parte de ellos -de sus vidas, de sus sueños- ha sido cubierto de cenizas. Película ganadora de la Cámara de Oro en Cannes 2015. 

Paraíso Perdido (México, 2016), de Humberto Hinojosa Oscariz. El tercer largometraje de Hinojosa está, por desgracia, más cerca de su segunda película -la meritoria pero malograda I Hate Love (2012)- que de su espléndida e insuperada opera prima Oveja Negra (2009).
Un joven matrimonio, Sofía y Mateo (Ana Claudia Talancón e Iván Sánchez), sale a recorrer en yate las aguas del Caribe, acompañado por el hermano de ella, Pedro (Andrés Almeida). Los tres paran en una pequeña isla a comerse unas langostas y a descansar y, al ir a curiosear al interior de la isla, Pedro encuentra una bolsa llena de dólares. Además, por ahí anda alguien suelto con un saco en la cara y con la afición de colgar adornos gótico-sureño-gringos de los árboles.
La película tiene una sólida puesta en imágenes -la fotografía de Guillermo Garza es más que funcional- y la música de Rodrigo Dávila es muy efectiva, pero la historia escrita por el propio director y Anton Goenechea no trasciende los clichés del género. Igual, sigue siendo meritorio el esfuerzo de Hinojosa por trabajar los géneros más comerciales, tratando de conectar con un público. Ojalá el resultado fuera mejor. 

Comentarios

Champy dijo…
Sooopas no ganó Carol?

Very good.

Ojalá Anomalisa se corone en el año.

2046
Christian dijo…
Ess escena cuando Suzu va de paseo en bici con su amigo, mientras recorren los rosados campos de cerezos en flor es preciosa. Como toda la película básicamente.

Ese final...

Qué bonito es Ozu, digo Kore-eda.
Anónimo dijo…
Yo tambien me voy por la cinta japonesa este fin, aunque me sorprende ver que la encuesta le este dando muchos puntos a la cinta mexicana... esperemos que no sean Videocinebots buscando que gane una cinta tan mediocre en este blog tan distinguido... digo, hasta la del Mesias tiene mas meritos que esa atrocidad
Christian dijo…
De donde se sacará Kore-eda chamacos tan bonitos? También en Like Father Like Son, todos los escuincles que salían estaban súper cute.

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